viernes, 2 de noviembre de 2007

Resonancias sobre el proceso de formación

Sor María Fisichella inicia el día retomando las inquietudes y reflexiones que surgieron del trabajo de ayer. Entre los aportes de la Asamblea más importantes:

  1. Se ha valorizado mucho la necesidad de "gastar tiempo", reuniéndonos para socializar los criterios, ideas, itinerarios, espectativas, logros y dificultades de toda la etapa formativa. No trabajar en sectores o según interpretaciones personales o como "se cree" que es mejor. 
  2. El objetivo de la formación es la "identidad carismática", éste es el punto de llegada, no importa el enfoque siempre y cuando exista recta intención de búsqueda de la Voluntad de Dios, porque no existe un único itinerario formativo.
  3. Los criterios formativos deben ser elaborados por juntas y por un "grupo el más grande posible", compartir este proceso con el mayor número de hermanas y comunidades para que cada una se sienta protagonista en primera persona y así todas partícipes del proceso.
  4. El elemento "subjetivo" no puede ser minimizado, los itinerarios y criterios están hechos por personas, pensados para personas y llevados a cabo por personas.  Ésto eleva al máximo el aspecto subjetivo, de libre interpretación, de limitaciones personales, de visiones y modos de concebir la formación. Se debe aceptar esta limitación y dar el voto de confianza que las personas responsables estén actuando con la mayor rectitud de intención, buscando de alcanzar los objetivos formativos propuestos.
  5. Los objetivos deben estar pensados y proyectados para dar respuesta al HOY, a la joven de hoy, a las exigencias de la Iglesia de hoy, a las exigencias de la pastoral de hoy, a las exigencias de la educación de hoy.  Así la joven formanda se sentirá capaz de dar respuesta en las diferentes comunidades donde se insertará.
  6. Recordar siempre que nunca se formará la "FMA perfecta",  no habrá jamás una comunidad formativa perfecta, ni situaciones perfectas, por eso estar siempre conscientes y en actitud de mucha humildad de frente a Dios que nos confía esta gran responsabilidad, delante de Él buscar cómo dar respuesta de la mejor forma posible.
  7. Recordar que la protagonista de este proceso es siempre la "formanda", las formadoras deben sólo facilitar y ayudar a que la joven haga su camino de formación, cualquier criterio y objetivo escogido de la formación debe responder a la finalidad carismática y a las necesidades del hoy.
  8. Todo el equipo de formación debe ser el "canal" que sea capaz de comunicar los "por qué" y "para qué" de las opciones formativas escogidas, proyectuadas y actuadas.  Esto va creando "mentalidad formativa".  Cuando las hermanas todas sabemos qué se está haciendo y cómo, entonces se va creando el proceso de implicación formativa en toda la Provincia.
  9. El problema formativo de nuestra Provincia no está en tanto en la metodología de la implicación, porque esta metodología se realiza en otros ambitos.  El problema está más en fondo, es un problema de mentalidad, está en los procesos y criterios "personales" que se quieren llevar adelante.  El problema es ponernos juntas y creer, dar confianza a la hermana encargada de la formación. No creemos que la formadora sea capaz.
  10. Nuestros ojos tienen que estar en el "perfil de FMA" de acuerdo con la identidad carismática. No debemos sólo mirar sólo la joven que viene, porque al adecuar la propuesta cada año, no se favorece la estabilidad de la propuesta formativa. No se puede sacrificar el "perfil de FMA" por el itinerario personal, se deben poner los dos elementos dentro del proceso.
  11. No se debe olvidar las diferentes exigencias de "itinerarios personales" e "itinerarios grupales". Especialmente en la realidad de grupos heterogéneos, dar respuesta a los dos niveles nos exige buscar no el "éxito en", sino los "elementos transversales" que revelen la predisposición hacia nuestra vida religiosa salesiana que satisfaga los requisitos mínimos de la etapa.
  12. Los itinerarios formativos no deben centrase solamente en los objetivos pastorales, sino sobre todo la primacía de la respuesta a Dios.  La formación está dirigida a ayudarnos a mejorar nuestra respuesta en fe a Dios. El peligro de nuestras casas de formación está en dar prioridad sólo al aspecto de estudio o pastoral olvidando el aspecto de crecimiento de respuesta vocacional.

2 comentarios:

Sor Aracelly dijo...

Estoy muy contenta de participar en este encuentro porque la formación es un punto fundamental para renovar y relanzar nuestra propia vocación y acompañar verdaderamente las futuras FMA.

Sor Magda dijo...

Queridas hermanas, el Señor nos ha regalado una "Gracia", al poder compartir con Sor María éstos días. Personalmente me ha gustado ver la formación como "acompañamiento", porque nos exige ser un testimonio en la forma de vida que transmite valores, experiencias, vida que se van transformando en la vivencia cotidiana que comparto con el "otro". Así juntas asumimos la responsabilidad de transmitir la belleza del seguimiento de Cristo, nutriéndonos mutuamente de la riquezas que una comparte desde su propio camino de respuesta vocacional.
Así la vida se vuelve un verdadero crecimiento en Cristo.